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'It'

  • Foto del escritor: Cristian López García
    Cristian López García
  • 11 sept 2017
  • 6 Min. de lectura

No sé en qué momento la gente decidió volver al cine, pero de verdad agradecería que si es para fastidiar estrenos de películas, os ahorréis el dinero, que poco no es.


El pasado viernes 8 de septiembre iba con muchísimas ganas de ver el nuevo film de 'It'. Sabía a qué me iba a enfrentar, contaba con que la sala iba a estar llena y posiblemente no conseguiría centrarme porque, muy a mi pesar, me distraigo con facilidad y más si en una sala a oscuras, alguien mira la pantalla de su móvil con el brillo al máximo. Se ve que todas las luces que le faltan a estos individuos las tienen sus "smartphones" (al menos uno de los dos es inteligente). Quizás ésto lo puedas obviar, al igual que si alguien en la sala habla en determinado momento y más si son adolescentes en la época del bacalao al pil pil (todos hemos pasado por esa etapa, no nos hagamos ahora los shulos). Lo que no puedo llegar a entender es cómo adultos, ya jugando en la división de los 30 años, estén toda una maldita película de 135 minutos (para los de letras como yo, 2 horas y pico) hablando sin parar. No me estoy refiriendo a susurros de gente que tiene educación y, por tanto, intenta evitar lo máximo posible hacer ruido. Me refiero a esa gente que está hablando sin importarle nada si están molestando o no. Es más, parece que solo estos especímenes estén en las películas de terror y hablen para demostrar que "soy mayor y no tengo miedo a nada, daos cuenta todos". Si no os gustan, si queréis comentar las cosas en tiempo real, pues no sé, ahora mismo no se me ocurre nada ingenioso, pero por favor, no vayáis al cine.


'It' - You'll float too

Lo que realmente me fastidia es que pocas veces podemos encontrar en una película de terror una buena historia, un mensaje (a pesar de que venga precedida de la obra de Stephen King) y sentir muchas más emociones que puro pánico.


A diferencia de las otras dos críticas con las que he abierto 'Tarttalo', para este film no cuento con información interesante fuera de las cámaras, pero si que me centraré más en explicar cómo me sentí viendo la película, si mis expectativas fueron satisfechas y si yo también floté.

Durante los años 80, en el misterioso pueblo de Derry (Maine) están empezando a desaparecer niños, como ocurre cada 27 años desde hace siglos. A pesar de que la gente no hace nada por intentar hallar una solución a las numerosas desapariciones, un grupo de amigos conocidos como "El club de los perdedores" deberán lidiar con sus mayores miedos para descubrir qué está pasando, enfrentándose a un payaso bailarín llamado Pennywise.

Me centraré en realizar la crítica como película, no como adaptación del libro ya que no me lo he leído y tampoco quiero aparentar que sí lo he hecho.


Dentro del género de terror, el remake dirigido por el argentino Andrés Muschietti, director de 'Mamá' (2013), cumple con creces las expectativas y te mantiene en gran parte de la cinta en tensión, todo gracias a la interpretación, caracterización y apariciones que hace Bill Skarsgård como Pennywise. A pesar de ello, me he dado cuenta de que la intención del film no era ser terror puro y duro (ya que la podrían haber enfocado de dicha forma). 'It' tiene algo más, podríamos decir que tiene 'eso' que te atrapa.


Muy pronto te darás cuenta que la película está cargada de humor y, a raíz de ello, me pregunto algo siempre que hay risas y miedo en una misma película, como pudo ser en el caso de 'La visita' (2015), y eso que esta última está dentro de mis 10 favoritas del género de terror: ¿es necesario? Retomando nuevamente la dirigida por M. Shyamalan, en algunos momentos estuvo bien empleado, a excepción del final donde me pareció inconcebible que un adolescente actuara de semejante forma. Si nos centramos en 'It', la parte de humor la pone un actor conocido recientemente por la popular serie de Netflix, 'Stranger Things'. Finn Wolfhard (Richie Tozier en la película) se encarga de relajar al espectador con unas bromas que incluso a mí me sorprendieron y, a pesar de que mucha gente compara su papel con el de Mike Wheeler, hay que decir que la única similitud que encuentro es que pertenece a un grupo de losers. Hay que pensar que no todos tienen el registro de actores de la talla mundial como Mario Casas, donde te puede sorprender de malote, guapetón y... alérgico a las camisetas.


A pesar de que el humor no hizo que en ningún momento le perdiera el respeto a nuestro payaso, parte del cine hizo que en escenas de puro terror se rieran. De hecho, creo que aquí nos toparíamos con el primer y único fallo que puede acarrear juntar estos dos géneros, ya que hace que muchos espectadores no distingan cuándo hay que reírse y cuándo hay que sentir miedo. Entiendo que en algunas películas los efectos especiales sean de risa, pero creo que no era el caso así que, dos opciones: No saben ver un film de terror o, como diría Goyo Jiménez en uno de sus monólogos: "Bobby tiene un serio problema de inteligencia emocional".


Aunque para mi gusto todos los jóvenes actores estuvieron prácticamente impecables, a excepción de algunos discursos moralistas que me sobraron de Jaeden Lieberher (Bill Denbrough en la cinta), me gustaría hacer especial mención a la actuación del matón de turno, Nicholas Hamilton (Henry Bowers), ya que te genera esa rabia e impotencia de no poder llevar a cabo la conocida frase de: Una hostia a tiempo quita mucha tontería.


Dejando de lado un poco la comedia en este género, pasemos a comentar la historia que hay detrás de 'It'. Como he dicho, la película no se basa únicamente en un payaso que mata niños, tiene mucho más. El film trata del paso que hay de la niñez, donde estamos prácticamente salvados de todos los peligros por la (algunas veces) sobre-protección de nuestros padres, a unos primeros pasos de la adolescencia, enfrentándonos por primera vez a nuestros problemas y miedos. En este caso, cada uno de los miembros del grupo de los losers verá representado sus temores de diferentes formas: leprosos, un cuadro horrible, la pérdida de tus seres queridos o incluso de tu propio padre. Todos ellos orquestados por Pennywise, quien se encargará de hacerlos flotar. Además de este proceso de maduración que todos sufrimos tarde o temprano (hay algunos que les llega 20 años tarde), también queda patente la importancia de la amistad. Aquí me gustaría destacar la importancia de dicho vínculo, siendo vital en esas edades. Parece que han pasado siglos donde pasábamos largas tardes de verano con nuestros amigos jugando únicamente con un palo o, quién se lo diría a las nuevas generaciones de hoy en día, el poder de la imaginación. Es una pena que los 'nativos digitales' amen y valoren más su tecnología que a los amigos.


Lo mejor de la película para mi gusto y, por lo que he leído, ha sido un poco objeto de crítica, es la escena final. No creo que haya sido al azar que el miedo que sentía la pandilla haya ido progresivamente disminuyendo hasta tal punto de poder enfrentarse a Pennywise cara a cara, incluso haciendo que el espectador no sienta ese miedo inicial al verlo. Sin darte cuenta, has evolucionado con ellos, en mi caso me he emocionado, y habrás sentido muchas más emociones que puro terror. De hecho, pocas películas de tan larga duración me han hecho estar así de atento:


El club de los perdedores - 'It' (2017)

Mi nota para este primer capítulo de 'It' es un merecido 8,5. La única pega que le pondría ha sido quizás la búsqueda del susto fácil con muchos jump scares. No creo que la película tuviera la necesidad de hacerlos, podrían conseguir un terror más puro con un pelín más de dedicación. A pesar de ello, chapó por Andrés Muschietti, ya que para mi gusto la película de 'Mamá' fue una de las peores del género que he visto en muchísimo tiempo.


Para finalizar, y a raíz de ver la última adaptación cinematográfica de Stephen King y la representación de los miedos por parte de los niños, me gustaría citar una frase de la próxima película que me gustaría comentar en mi blog: 'El carnaval de las almas' (1962):


El mundo es tan distinto de día. Pero, de noche, tus fantasías pierden el control. Cuando se hace de día, todo vuelve a estar en su sitio. Ojalá no hubiera noches.

Recordad que vosotros también flotaréis.




 
 
 

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